domingo, 11 de abril de 2010

Testimonio Familia Serón González


Nombre, Edad y Ocupación

Matrimonio: Sra. Yolanda González (72 años) y Sr. Ángel Serón (75 años), ambos atienden un negocio en Carelmapu. Para el terremoto él era buzo y ella dueña de casa.

¿Dónde se encontraba cuando ocurrió el terremoto del año ’60?

El terremoto sucedió alrededor de las 16:00 hrs. La Sra. Yolanda había ido a la playa con una amiga y tan pronto comenzó el movimiento y la “recogida” de mar, corrió a su casa que se ubicaba frente a la explanada. Tanto ella como su familia huyeron al cerro “La Picuta”, donde permanecieron un mes aproximadamente en improvisadas carpas de lona. Don Ángel había llegado el día antes del terremoto desde Ancud donde trabajaba extrayendo ostras, en ese momento estaba en casa de una prima tomando mate; la pensión donde se hospedaba, ubicada en donde hoy se encuentran las cabañas Tierra Verde, fue arrasada por la segunda ola que fue la más destructiva, quedó con lo puesto. Al día siguiente, huyó con los dueños de la pensión (madre de la Sra. Doris Payahuala) al sector de Lenqui, donde residieron por un mes aproximadamente.

¿Hasta donde llegó el mar y cuáles fueron las principales casas que se sufrieron algún daño?

Desde el cerro La Picuta, la Sra. Yolanda relata que pudo observar como el mar procedente del océano Pacífico (mar abierto) se encontraba con las aguas del canal del Chacao a la altura de lo que hoy conocemos como el Retén de Carabineros. Menciona también que dicho canal quedó seco debido a que sus aguas ingresaron al pueblo. Don Ángel cuenta que para esa época en Carelmapu no había más que unas cuarenta casas ubicadas principalmente rodeando la caleta, todo el rededor era “monte” (bosques) y existía un camino a Maullín que solo era posible transitarlo en caballo. Las casas más cercanas a la orilla de la playa fueron llevadas por la fuerza del mar y las demás inundadas por el agua, lo mismo sucedió con el camino a Maullín que quedó intransitable.

¿Recuerda cuanta gente falleció en Carelmapu? ¿Quiénes?

Según recuerdan, no murieron muchas personas, ya que los habitantes del pueblo tampoco eran muy numerosos. La Sra. Yolanda menciona el caso de su hermano mayor que falleció debido a que se encontraba buceando cerca de Maullín cuando se produjo el terremoto y maremoto. También cuentan el caso “Doña Chela Cubate”, prima de don Ángel, quien perdió a siete miembros de su familia, seis hermanos y su padre. Recuerdan además, a un carelmapino que falleció en Ancud.

¿Cómo fue la vida después del terremoto? ¿Cómo resolvían los servicios básicos?

Comentan que grandes necesidades no sufrieron, ya que desde antes que ocurriera el desastre los servicios básicos ya eran bastante precarios. Consumían agua de pozo, la luz era producida mediante un motor, y el alimento, bajaban a buscarlo a las casas que habían quedado en pie y luego volvían al cerro y lo compartían. No había problemas de abastecimiento de combustible porque no había autos en Carelampu. Uno de los inconvenientes fue quedar incomunicados con Maullín.

¿Qué ayuda recibieron por parte del Estado o Municipio para sus necesidades?

La ayuda llegó de forma casi inmediata, mediante helicópteros el gobierno suministró comida, ropa, útiles de aseos y otros suministros básicos.

¿Cómo fue la etapa de reconstrucción y que anécdotas recuerda de esos momentos?

A medida que pasaba el tiempo y disminuían las réplicas, la gente fue volviendo a sus hogares y reconstruyeron los que habían sido destruidos. Luego de transcurridos tres meses, los pescadores se atrevieron a volver a sus actividades de buceo y extracción de mariscos. Para ese entonces el camino a Maullín, que era más bien una huella entre el bosque, pudo transitarse nuevamente a caballo.

Comentan como anécdotas, el que la Virgen de la Candelaria no cayera de su lugar a pesar de que otros objetos de la iglesia sí sufrieron daños. Esta virgen fue llevada al cerro La Picuta donde permaneció en la misma carpa en que se refugiaba la Sra. Yolanda.

Algo que les impresionó mucho fue el ver cómo varaban en los alrededores cadáveres de chanchos, vacas, ataúdes y también personas traídas por el mar desde el sector de Quenuir.

Ambos reflexionan sobre la gran magnitud de esta catástrofe, de la cual fueron testigos oculares y esperan no tener que pasar nuevamente por una experiencia semejante en los años de vida que les quedan.


Fotografa: Cristina Pastén

Grupo Nº 1 Dirigido por Profesora Cristina Pastén Faúndez

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